domingo, julio 10, 2011

MENSAJE DEL DOMINGO

El deseo de Dios es Restaurar tu Vida Luc 22:54-62


Restaurar: Devolver, restablecer lo perdido.

De acuerdo a la definición y a lo visto en la Palabra, se restaura algo que se perdió y en este caso el apóstol Pedro perdió su paz, su seguridad, su tranquilidad después de negar al Señor. Prácticamente Pedro lo estaba traicionando, el apóstol en ese instante le falló y eso hizo que se llenara su alma de tristeza, inseguridad, dolor, amargura; pero él se sentía así porque el Espíritu Santo había redargüido su corazón para que se arrepintiera y así poder dar cumplimiento al plan que Dios tenía para él.

Pedro tomó la actitud de muchos de nosotros cuando fallamos, sólo podemos sentir y ver nuestro dolor y cómo le fallamos al Señor y no nos damos cuenta que Dios nos está convenciendo de pecado para que le pidamos perdón. Léase versículo 61 “Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.”. Como decía, nosotros tendemos a acordarnos de lo que nos advirtieron que no hiciéramos cuando ya lo hemos hecho, y allí nos quedamos; pero no nos acordamos de la promesa de perdón y restauración; ambas, la advertencia y la promesa son palabras del Señor para nuestra vida.

Leamos Luc 22:31-34
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.”. Veamos las palabras que el Señor dijo a Pedro, y nótese que el orden en que las dijo es importante:
Vers 32: “pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.”.
Vers 34: “Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.”

Primero: Jesús le esta diciendo, “Pedro, te cuento que no va a ser fácil, mi Padre te quiere probar y ha permitido que el diablo te tiente para que hagas las cosas como tú quieres y a hacer lo malo; pero yo oré por ti porque lo importante es que tu fe no falte, y te digo esto porque vas fallar, mas yo te voy a perdonar cuando te hayas arrepentido, y te voy a devolver la paz y el propósito para el que te he llamado” NOTA:( Esto no quiere decir que vamos a pecar a proposito porque Dios me tiene que perdonar, una cosa es ser probado y fallar y otra muy diferente es pecar con plena conciencia de lo que estoy haciendo)

Segundo: Jesús le dice a Pedro “Una de las cosas con las que el diablo te va a tentar es atemorizándote para que me niegues. Mira que te lo estoy advirtiendo, sólo acuérdate en ese momento, que yo estuve orando por ti y que si fallas te voy a perdonar”

Mi hermano, Dios no dice que no habrá situaciones de caída, Él afirma que sí van a llegar esas ocasiones, y es posible que perdamos nuestra paz, comunión, etc. Dios permite que vengan pruebas a nuestra vida para poder sacar de nosotros lo mejor que hay dentro, duele a veces pero son necesarias; hay una analogía con una espiga de trigo “ella tiene el grano comestible adentro y hay que estrujarla para que salga el grano, luego queda un poco de basura que debe ser quitada soplando y ya queda el grano puro”; igual es con nosotros, la prueba nos estruja y deja basura y todo desordenado pero debajo de ese desorden está lo que Dios ya vio de antemano que somos nosotros. En ese proceso podemos fallar pero Dios está dispuesto a perdonarnos y a devolvernos lo que perdimos. Jesús quiere que recordemos lo que dice en Rom 8:1 NVI “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús”.

La mayoría de nosotros cuando hemos pecado, creemos que Dios ya no nos va a usar, que ya es en balde todo y aunque sepamos que nos perdona preferimos alejarnos y regresar a lo que hacíamos antes, lejos del Señor (o al menos eso creemos), pero necesitamos saber que Él nos perdona, necesitamos creer en ese perdón y restauración, pues así como Pedro, quien luego de lo que hizo y después de la muerte de Jesús volvió a pescar como queriendo olvidarse de todo y seguir su vida “normal”; pero no contaba con que el Señor resucitado lo iba a ir a buscar para perdonarlo y restaurarlo. Esto está en Juan 21:2-7, pero leamos algunos versículos en especial:
Vers 3: “Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.”
Vers 7: “Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.”

Somos hijos de Dios, lejos de El nada podemos hacer, nuestros esfuerzos son en vano sin El, no debemos tratar de “pagar” por nuestro pecado si ya Jesús pagó por él. Cuando Dios se acerque a nosotros, tengamos presente que es para perdonarnos no para condenarnos, y que si nos prueba es para quitarnos la escoria y que podamos reflejar el carácter de Cristo en nuestras vidas.

Al igual que con Pedro, Jesús tiene un plan para ti, y si has caído debes recordar y creer que Jesús te ama, no te condena sino que quiere perdonarte, devolverte lo que perdiste (restaurarte); así que sólo cree en su perdón, recíbelo sin remordimientos y haz caso a su llamado cuando te diga “SÍGUEME”, esforzándote por obedecerle y cumplir el propósito para el que Él te ha llamado. Recuerda Solo es su deseo Restaurarte plenamente, pero el camino excelente es vivir sin fallarle ni traicionarle.
No te imaginas que caudal bendiciones tiene EL para Tu vida s le eres Fiel.